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COLABORACIONES

Tradición,revolución o conveniencia política:La figura de la primera dama

Agosto 09, 2014

Hablando de la figura de la primera dama resulta interesante explorar el origen de esta, que según se sabe tiene su origen en los Estados Unidos con el primer Presidente George Washington quien al entrar en funciones se vio en la necesidad de darle un "título" a su esposa, por lo que desde entonces a la esposa del presidente se le conoce como Primera Dama; por otro lado es importante señalar que la función que se le atribuía a la primera dama se relacionaba más con las labores propias de las esposas de la época, entre las cuales la más importante se relacionaba con el ser buena anfitriona en las cenas o comidas que ofrecía el presidente. Por lo que se puede decir que se mantenía a cierta distancia de los asuntos de carácter político. Sin embargo, esta figura tomó un sentido diferente aparentemente a partir de la iniciativa de segunda primera dama de los Estados Unidos, Abigail Adams, quien abogó porque las mujeres de su época adquirieran más derechos civiles, aunque aparentemente no logró mucho, sin embargo, en cierto sentido, revolucionó la primera idea que se había formado de la primera dama. Con estos antecedentes, se fue configurando el estereotipo de lo que es, y quizás debe ser, una primera dama, por lo que estas mujeres que acompañan a los "grandes hombres", sobre todo en la política, se deben ajustar, por decirlo de alguna manera, al rol que les corresponden dentro de este círculo social. En este sentido, aparentemente su aspecto físico debe representar la posición en la que se encuentra, por lo que es impensable que se pueda presentar en público sin una apariencia impecable (en el peinado y en el vestir), debe mostrarse amable y afable, ser buenas anfitrionas, y realizar de manera voluntaria actividades para el desarrollo social. No obstante lo anterior, y a la apariencia que proyectan estas mujeres no se sabe mucho de lo que sucede en la intimidad y si efectivamente su vida marital marcha de manera armónica o si entran en el papel de la primera dama de manera voluntaria y resignadas a no devengar un sueldo por el trabajo que realizan, ¿les bastará con el reconocimiento social, y la aparente vida de ensueño?
En los últimos años del Siglo XX y lo que va del presente, la figura de la primera dama ha cobrado gran importancia en la promoción de la figura política a la que acompaña y, en algunos casos, la primera dama ha adquirido igual o más relevancia que la del personaje al que acompaña tales han sido los casos de la fallecidas Diana Spencer, aunque hay que decir que esto fue en un sistema político distinto al nuestro y María Eva Duarte de Perón; Hillary Clinton; Cristina Fernández de Kirchner; Michelle Obama; entre otras. En algunos casos, se habla de que son ellas quienes detrás de ese gran hombre manejan al país o al estado.
Hoy en día, a través de las redes sociales, es posible seguirle la pista a las primeras damas, por lo que resulta sencillo saber qué es lo que hace una primera dama. Por lo que ahora se puede identificar con cierta facilidad el tipo de actividades que realizan y adivinar la orientación que estas actividades tienen. En este sentido encontramos que las campañas políticas no terminan con el día de la elección, sino que se realizan de manera permanente a través de diferentes, y convenientes, mecanismos de promoción de las actividades que realizan tanto las primeras damas como los funcionarios públicos; por lo que estamos hablando de que las actividades que realizan las primeras damas resultan convenientes políticamente hablando y que obedecen en muchos casos a un programa político bien definido.
También se hace posible encontrar indicios del tipo de relación que existe entre la primera dama y su cónyuge, en el que, al menos en el ámbito local, se distinguen una de otras por el trabajo cotidiano que realizan a favor de la gestión del presidente o el gobernador, en su caso. Cuando la relación es buena, se encuentra a la primera dama extremadamente activa en sus actividades voluntarias, mientras cuando no es muy buena se va desde la poca a la casi nula participación. E incluso, se pueden llegar a intuir el estado de la relación amorosa con las muestras afectivas que se profesan en público. Hablando de esto último, no son pocos los rumores que se manejan respecto a la relación sentimental de las primeras damas con sus marido, en donde las infidelidades, hijos fuera del matrimonio, etc., sin embargo, se dan los casos en los que la relación marital se mantiene, notándose el distanciamiento entre ella y su marido.
Por lo anteriormente dicho, resulta interesante pensar en estudiar el fenómeno de las primeras damas, al menos desde un enfoque antropológico y, quizás, de género: ¿qué es lo que sucede con estas mujeres? ¿Cómo asumen el estereotipo de las primeras damas?¿Se trata de una tradición? ¿se trata de mantener las apariencias? ¿las primeras damas son grandes mujeres detrás de grandes hombres? ¿revolución femenina o conveniencia política? ¿Por qué pocas, por no decir que casi ninguna, no es políticamente activa durante su gestión de primera dama?, entre otros cuestionamiento que se me pueden ocurrir en el camino. En fin, una tarea para las Ciencias Sociales.

Karla V. Velázquez

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